Luego de algunos años distrayendo el itinerario de mis viajes hacia otros destinos, volvió mi recuerdo al Viejo Mundo, sintiendo que le había sido infiel y desagradecida por tantas emociones que siempre me regaló.
Elegí entonces, para rememorar sentimientos guardados, la Región de la Toscana, a pocos kilómetros de Florencia,para conocer allí un territorio que resultó de los más bellos y ricos en historia, arte y arquitectura. La ciudad de Siena, en el centro de Italia, donde encontré paisajes rurales infinitos.
Colinas tapizadas de viñedos y cipreses perfumados, que por su disposición y colorida belleza, parecen salidos de la paleta de un pintor afamado. Manojos de callejuelas empinadas envueltas en fachadas de ladrillos color teja incrementaron el deseo de descubrir lo oculto.
Fuentes y edificios de la villa guardan un encanto medieval relacionados con su origen, nacido a la sombra de una leyenda. Se eternizó que Siena fue levantada sobre tres colinas, por Asquio y Senio, hijo de Remo, gemelo de Rómulo, mítico fundador y primer rey de Roma en el año 754 a.c.
Ambos hermanos abandonados por sus padres, fueron amamantados por una loba, Luperca, actual emblema de la ciudad. Luego encontrados por un pastor y su esposa quienes se encargaron definitivamente de su crianza.
Otra etimología menciona que Siena deriva del apellido etrusco "Saina", tribu del primer asentamiento que la habitó desde el año 900 al 400 a.c. Pueblo avanzado que cambió el rostro de la Italia Central a través de lograr la irrigación del suelo, no cultivable hasta entonces por falta de agua.
Luego colonia romana, siempre vigilada por la poderosa Florencia en la época de Augusto, emperador romano, gobierno carente de buenos pronósticos.
La llegada del cristianismo en el siglo XI le dió a la ciudad el vuelco mágico convirtiéndola en un centro comercial atractivo y anhelado donde los peregrinos llegados de Roma paraban a descansar y a disfrutarlo.. Así comienza la incipiente República de Siena rebosante de prosperidad.
La mancomunión entre Iglesia y Estado colaboró ampliamente con la meta fijada, incitando a célebres profesionales para construir y ornamentar cada espacio significativo que perduran aún hoy en la historia de Siena.
Para caminar por sus calles abandoné el mapa que siempre llevo en mano y transité libremente segura por las peatonales, observando vitrinas y costumbres de los sianeses que allí viven haciendo de esa ciudad un lugar plácido y atractivo. Así llegué a la Catedral "Santa María Assunta" donde quedé subyugada y conmovida por la imponente presencia de su fachada gótica del siglo XIII.
Ingresando, mis sentidos despertaron en simultáneo por la suave melodía que salía de un órgano lejano;el perfume que despedían las flores del altar y la belleza indescriptible teñida de colores apastelados; rosados;blancos; verdosos, contraponiéndose al de los arcos laterales del ámbito delineados con bandas o rayas horizontales en mármol brillante y bicolor, simbólico de la ciudad,
tomados de los caballos blanco y negro de sus fundadores, Asquio y Senio.
El suelo integramente tapizado por mosaicos de taracea * , dorados; rojos y negros, representan escenas religiosas y paganas de un valor artístico incalculable.
No deseaba abandonar ese Duomo que ma había deslumbrado, pero debía dirigirme a otro espacio de la ciudad reconocido por un acontecimiento único en el mundo, que suma cultura, tradición y deporte entre los sianeses desde el siglo XIV. La celebración del Palio, en la "Piazza del Campo", predio de plano inclinado por la colina que presta su base cubierta de ladrillos color tierra siena. Dos veces al año se preparan carteles, suenan altavoces anunciando la carrera de caballos más famosa y esperada por la población, el "Palio delle Contrade". En ella participan diecisiete "contrades" o barrios de la ciudad, que eufóricos por la rivalidad entre ellos esperan ganar el merecido Palio, estandarte de seda muy ornamentado con los colores del escudo y bandera de Siena.
Solo conocí el espacio que ocupa esa bellísima plaza inclinada, pero haciendo volar mi pensamiento mágico, observando el sin fin de fotos expuestas públicamente de estas carreras,
sentí ser partícipe de ellas . Me sedujo el entusiasmo; la alegría y el placer que debe vivirse en esa competencia rodeada de colores , la agitación de los extensos preparativos, el emocionante desarrollo y los interminables festejos posteriores del barrio ganador.
Siena, pequeña ciudad que se deja recorrer ordenadamente en pocos días, me llenó el espíritu de recuerdos cálidos y valiosos por la historia guardada en cada obra edilicia que ostenta y mantiene erguida con orgullo.
Caía la tarde, luces amarillentas comenzaban a encenderse en la "Piazza del Campo", la mejor visita del día. Para coronarla, reviviéndola,decidí sentarme en uno de sus tantos bares para agradecer el pisar esa tierra colorida y encantadora. Entonces festejé con humildad tomando el más exquisito; cremoso y multicolor helado italiano.
*.Taracea: técnica artesanal aplicada a revestimientos de paredes, muebles, esculturas y objetos artísticos.
Liliana Clarisa Gavrieluk.
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