LLegaste como un claro atardecer que entibia el paso de la noche.En primavera, con perfumes multicolores de flores que agrandan el espíritu y la mente de sueños rosados.
Solamente soñaba, dulce y tiernamente con la vida pasada, sin esperar que nada especial sucediera para cambiarla.
Pausadamente transcurrían los días, sintiendo que en cada uno de ellos algo mágico iba sacudiendo mis momentos de soledad, no podía precisar el motivo, o no quería descubrirlo plenamente. Esto sucedía ante tú amistosa presencia que con palabras sueltas, despedidas expresivas y sugerentes, me estremecían. Así descubrí este cálido sentimiento que me invadió y devolvió a la vida con la intensidad de mujer, querida,soñada y amada.
No deseaba saber cuál sería el futuro de este iniciado camino, no pretendía conocerlo, sólo vivir día a día despertando con el perfume de tú cuerpo en el mío, con palabras amorosas en mis oídos y con temblor adolescente frente a las miradas únicas y profundas que se dibujaban en tú rostro.
Tierno, dulce, delicadamente suave, sos el hombre que toda mujer aguarda deseosa la acompañe. Y yo te tengo, anhelando vivir el amor que ambos sentimos, desbordante de razón y cordura.
Soy feliz y afortunada, mis sueños se convirtieron en una realidad madura que guardaré en lo más profundo del corazón.
Liliana Clarisa Gavrieluk.
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