lunes, 11 de abril de 2016

"El castillo inconcluso".

                              Desconocía los países de Europa Central, viaje que siempre fui postergando por no enfrentarme a la complejidad de los idiomas que se hablan en ellos. Finalmente decidí conocerlos entregándome a la suerte de un tour y no sola como acostumbro gozando en libertad horarios y recorridos. Reconocí que esta decisión era la única posible para transitar ciudades de nombres muy largos y difíciles de pronunciar, también para relacionarme mínimamente con algunas personas ya que no podría hacerlo con los habitantes de cada  lugar. Mis estadías y experiencias en algunos de esos parajes son los que puntualmente iré narrando.
                            Llegué a Alemania con clima cambiante e  inusual al resto de Europa, pero esa mañana de mayo se presentó luminosa, propicia para partir hacia Schwangau, estado de Baviera en plena Selva Negra, así denominada por la densidad de sus pinares que dan apariencia oscura a los bosques cubriendo extensos territorios . Fue la zona que más disfrutaron mis sentidos al andar por serpenteantes carreteras en medio de verdes y frescas pasturas donde aparecen esos "negros" bosques que resguardan a sus pies típicas casitas alpinas,  dando el toque de color completando la postal.
                            Ensimismada con el paisaje no percibi  que el autobús de traslado se había detenido en un punto relevante donde la vegetación abandonando la llanura se convertía en altas montañas que rápidamente me rodearon.

                          Cálido y acogedor pueblito se instalaba en la base del objetivo programado para iniciar la venturosa excursión del día. Por senderos umbríos comencé el ascenso, debería llegar hasta
  la cima de un desfiladero rocoso donde se asomaba  el "Castillo  de Neuschwanstein", traducido al español, "La nueva piedra del cisne", construcción ordenada en el año 1866 por Luis II de Baviera, el "Rey Loco", eligiendo ese punto montañoso donde había vivido una feliz  infancia junto a su prima hermana Sissí emperatriz. También lo deseaba para alejarse de Munich donde cumplía tareas políticas. El caprichoso rey pretendió rememorar con ese castillo la vida de la Edad Media, aunque ya en la época que lo ideó, no eran necesarias las  fortalezas.
                          Así nació en la imaginación de Luis II, como una  fantasía romántica idealizando la época medieval, el "Castillo de Neuschwanstein" el más fotografiado y visitado por turistas que llegan a Alemania.
                          La dificultosa y prolongada subida para llegar al castillo se distendía por momentos al  observar los  senderos prolijamente delineados ; el emocionante cruce del desfiladero de Pollat, largo y altísimo puente de metal, unión de dos montañas por donde discurren ríos y cascadas  y el vislumbrar que al cruzarlo se acercaba la majestuosa obra.
                         Al llegar a destino deslumbrada por lo que mi vista tenía delante, olvidé la sacrificada trepada y comencé a disfrutar los detalles de una arquitectura combinada por varios estilos, románico; gótico y bizantino. La totalidad del castillo de imponentes torres y muros agrisados armonizan , como un escenario teatral, con ese espeso bosque de Alemania,  junto a los Alpes Bávaros y grandes lagos que el monarca observaba desde la ventana de su habitación.  Allí entendí porqué
Walt Disney lo eligió como modelo para diseñar en  Disneyland el Castillo de la Bella Durmiente.
                          Ansiosa ingresé a ese mundo mágico donde los caprichos y demandas del rey fueron creciendo a medida que la obra avanzaba, pero las deudas adquiridas produjeron grandes disputas  que lo llevaron al derrocamiento de su gobierno por incapacitación. Se vió obligado a abndonar el castillo que solo habitó por ciento setenta y dos días. Muere en circunstancias dudosas en el año 1866.
                          La fortaleza, pequeña en dimensiones posée un diseño estético más que funcional .Aún conserva increíbles y ricas decoraciones,similares a las  del Palacio de Versalles que el Rey Loco quiso imitar.Las riquezas artísticas que distribuyó en salones especiales fueron dedicadas a la vida y obra del compositor Richard Wagner,  espacios que realmente son un templo de la amistad que los unía. Obras de un valor incalculable , pinturas y murales temáticos de dramas musicales wagnerianos fueron el mayor deleite del retraído Luis II y el tesoro más valioso que se disfruta en la actualidad.
                          Se vislumbraba el final del paseo,  quedaba el descenso hasta la base donde había iniciado la caminata. Volví a respirar el aroma que despiden los pinos frescos por la humedad del sombrío entorno, oír el sonido del agua de  pequeñas cascadas deslizándose entre las piedras y me sentí feliz, satisfecha por el día transurrido, no solo por las  sensaciones vivenciadas sino también por alimentar mis conocimientos. Cuando alguna vez descubra la estampa de ese castillo en láminas o películas volveré a recordar su historia.






Liliana Clarisa Gavrieluk.

                  

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