viernes, 27 de octubre de 2017

"Una Isla encantada".

          De regreso a mi país, Argentina, luego de recorrer tierras desconocidas, mis sentidos y sensaciones se enriquecen , se nutren, guardándose eternamente en la memoria. Estimulo con antelación a cada viaje, la imaginación, fantaseando con  lo que descubriré en el lugar elegido, pero esos pensamientos nunca alcanzan cuando me enfrento a la realidad mucho más rica y sorpresiva.
          Así sucedió cuando luego de pasar unos días en la bellísima y acogedora Costa Amalfitana, llegué a Calabria. Bajo pueblo del sur de Italia, siempre invocado por mis abuelos durante los días remotos de la infancia. Pero mi destino era recorrer Sicilia; isla separada del continente por el Estrecho de Messina, lugar donde se une el mar Mediterráneo con el Jónico.
          Desde el ferry de traslado observando ambas y próximas costas italianas, bañadas por los mismos mares, se inició la magia que continuaría en cada espacio siciliano.
          Las ciudades  que me esperaban , habitadas desde la prehistoria, por grandes, ricas y potentes civilizaciones, fueron colonias; árabes; romanas;  normandas; aragonesas; españolas y griegas quienes por fin le dieron  su independencia.Sicilia formó parte del Imperio Romano, pero hasta las invasiones árabes en el año 831 a.c.no maduró como nación. Todos los conquistadores dejaron huellas culturales profundas y   tradiciones culinarias de olores y sabores únicos que sumados a lo autóctono dieron origen a una de las mejores cocinas del mundo.
          Sicilia desde la antiguedad se caracterizó por una importante producción agraria impulsada por los griegos quienes con sus productos abastecían  Roma. También por las vendettas y actividades criminales de la Camorra* en Nápoles y la Mafia siciliana como la de Al Capone.
           Isla rodeada de vegetación, colinas y mares aturquezados que se fusionan a la distancia como una postal  de increíbles colores. Es una tierra de escenarios únicos, intensos, que solo una naturaleza

incontaminada puede ofrecer.
          En medio de esa exhuberancia se alzan majestuosos y simbólicos sus dos volcanes, el Etna siempre humeante, cercano a la ciudad y el Strómboli ubicado en una pequeña isla del mismo nombre, rodeada por el mar Tirreno.Ambos acrecientan la imponencia de los picos montañosos que anhelosa  quería  divisar.
          En cada ciudad, Messina; Trapani; Erice; Agrigento; Siracusa; Taormina; Noto; Siracusa; Catania; Palermo; Monreale; se recuerda dónde comenzó el arte, la filosofía y la estética.
Sicilia es la isla del barroco, de las villas romanas, de templos con estatuas ancestrales y catedrales

normandas que se mezclan con pueblitos marineros y comidas mediterrráneas aportadas por Sicilia. Esa diversidad tal vez confunda el discernimiento del viajero que deberá elegir entre sus mayores inclinaciones.

         Sicilia tiene ese  doble poder de isla inventada en un pasado de mitos y de un presente desbordante de realidades donde el protagonista es el simpático y cordial italiano que impregna los oídos con un "Ciao, cari argentini".


*Camorra: Organización criminal mafiosa .


Liliana Clarisa Gavrieluk.

2 comentarios:

  1. Tus relatos me hacen viajar con la imaginación.. Que bellos lugares !!!

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  2. Liliana Clarisa Gavrieluk5 de noviembre de 2017, 3:28 p.m.

    Ya debés dejar la imaginación y volver a la realidad VIAJANDO !.
    Gracias por el comentario.
    Besos.
    Liliana.

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