jueves, 7 de noviembre de 2013

Islas soñadas!!!.

Siempre pensé en volver, luego de conocerlas efímeramente,durante un viaje en Crucero,que obviamente zarpaba antes que entrara la noche.
Pasaron algunos años...y la imaginación volaba...y creaba alas cada vez más desplegadas...y la curiosidad fluía...Cómo serían esas islas,rodeadas de un mar intensamente azul,al aparecer las primeras luces que marcaban en final del día?.
Y se cumplió mi sueño!...y elegí para permanecer,en principio, una de ellas, entre tantas otras bellas...MYKONOS,la más famosa de Grecia...Allí descubrí el porqué!!!.
Dificilmente pueda narrar las vivencias que llegaron a la emoción...A despertarme cada mañana en medio de sencillas construcciones,que hasta desorganizadas urbanísticamente,encerraban tanta belleza!!!...Despertarme?...era imposible...me sentía transportada a un suelo históricamente lejano...inundado de colores...de olores...también comprometidos con sus ancestros...Blancos...azules...celestes...rojos..y...verdes impecables,entremezclados con multicolores enredaderas.

Senderos de grisadas piedras y mármoles,también extraídos de su historia...y olores de típicas comidas que otras generaciones..griegas,venecianas,turcas y rusas,dejaron para continuar hoy saboreándolas.
Con estas sensaciones comencé a caminar Mykonos,pequeña y exquisita !..Callecitas angostas,laberínticas y deslumbrantes.No puede captarse de una sola vez,lo que ofrecen a los sentidos...y vuelven allí los colores y las formas en sus vitrinas comerciaes...y de noche...las luces!!!...que enmarcan el trayecto.
                     
 Y vuelve el día...y hay que seguir andando...subiendo y bajando desniveles que provocan sus naturales elevaciones montañosas....
Y aparecen Iglesias,de rugosas paredes como la de Paraportiani,en realidad,un conjunto de cinco Capillas erigidas a lo largo de los siglos...en dos niveles...completamente blanca...recortada en el profundo azul del mar y del cielo.
El Barrio de Alefkandra o la Pequeña Venezia,lo más pintoresco del pueblo ....casas asomadas al mar,con añejos balcones de madera,que ceden espacios para sentarse a observar los mejores atardeceres del mundo.
En lo alto de una colina...la Plaza Mirador,ostentando airosa sus famosos molinos,que junto al Pelícano Petros,son el símbolo de la isla.

Ya de regreso...cenar en alguno de los tantos restaurantes que esperan en el puerto,frente a la costa circular que forma allí el Mar Egeo....y la noche comienza a abrillantarse,por la luna sobre el mar y por las embarcaciones,totalmente iluminadas,que se reflejan en él.
Todo es alegría,amabilidad y respeto...porque así son los griegos y así lo transmiten en bailes y canciones.Su hospitalidad manifiesta en cada detalle corona la naturaleza del lugar, dónde decidieron vivir y dónde los visitantes llenamos el corazón con el grato recuerdo de los días transcurridos,en medio de una postal.




Liliana Clarisa Gavrieluk.



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