Riscos y grutas han asombrado siempre por su célebre belleza, desde los romanos de la antiguedad, como Augusto,quién la frecuentara durante 40 años, hasta Tiberio,que trasladándose a ella definitivamente la eligió para morir.A lo largo del tiempo,también frecuentada por intelectuales,artistas y escritores afamados que la convirtieron en su predilecto centro vacacional, el mismo sentimiento que abrigan hoy los que la visitan.
El barco de traslado fué,acercándose a la costa y proyectando un diseño extraño de formaciones rocosas,tapizadas en parte por vegetación. Se vislumbraba el arribo a una de sus Marinas, la Piccola y allí comenzó el disfrute pleno.
Ingresando a un fonicular,que tras pocos minutos se detuvo a importante altura en un piso desbordante de belleza natural, aparece lo urbano, con brisa suave ,cálida y terrazas de flores multicolor,cayendo hacia el mar.
Exquisita y pulcra arquitectura de tonos apastelados nacían allí, en la "Piazzetta de Capri",corazón de la
pequeña ciudad. Lugar perfecto de reunión y alegría. Punto de partida a un sin fin de lujosas viviendas, tiendas y restaurantes.
Debía concretar un recorrido obligado pero reposado , sin prisa, para conocerlo todo y descubrir el lujo que la rodea. Caminando y buscando historia , por un angosto sendero llegué a los "Jardines de Augusto". Extenso espacio diseñado y cuidado con gran dedicación , arboleda perfumada y canteros floridos hacen de este lugar histórico un lugar ideal para permanecer en él , disfrutando el silencio y la paz que lo rodea.
Desde allí, .llegando al famoso Mirador que soñaba conocer, aparecen airosas, como desafiantes ante la amplitud de ese mar azul intenso, las tres famosas e imponentes salientes rocosas, las "Faraglioni",que emergen desprendidas del continente para sentirse más poderosas. Ellas sobrevivientes de una erosión
producida por la misma costa entre el mar y el clima,durante el transcurso de los siglos formaron el túnel natural más famoso del mundo.Ese túnel desde la época de los romanos admiten el paso de pequeñas embarcaciones y el habitat de un pájaro de plumaje azul ,único sitio dónde anida.
Todo fué mágico en ese andar callejero sin destino premeditado, logré,caminando,descubrir rincones como deseo y acostumbro en cada viaje para enriquecer sentidos, y sentimientos que me animan a continuar explorando. El regalo que me ofrendó Capri será inolvidable.Mereció la pena el extenso día de sol abrazador,en esta bellísima ciudad , broche final de mi paso por la Costa Amalfitana.
Liliana Clarisa Gavrieluk.
Qué hermosas fotos!!!!!!!
ResponderBorrarRaquel Ixcowics.
Santa Fé.
Gracias Raquel !!!!...lamentablemente no puedo publicar más que estas poquitas fotos...son muchísimas las que atesoro entre mis álbumes en FB y en archivos...De esa manera recuerdo los momentos vividos.
ResponderBorrar